Como madre siempre he querido proteger a mis hijas de las enfermedades. Por eso ellas tienen todas las vacunas obligatorias del calendario nacional y además todas las vacunas adicionales que su pediatra les ha recomendado. Creo firmemente que las vacunas son el adelanto médico más importante de la era moderna, y que han salvado más vidas que cualquier otra forma de prevenir y tratar enfermedades. Como todas las madres sufrí como loca en la primera vacuna de cada una de mis hijas, lloré a moco tendido junto con ellas mientras les pinchaban los brazos y piernas. Pero aún después de haberlas tenido que consolar por largo rato, igual las llevé dos meses más tarde a su siguiente dosis de vacunas. Y lo repetí cada vez que fue necesario y lo seguiré haciendo hasta que estén completamente inmunizadas. 

¿Por qué les cuento esto? Porque desde hace mucho tiempo hay distintos movimientos antivacunas que las satanizan, achacándoles una serie de efectos secundarios que no son verdaderos, diciendo que tienen componentes que en realidad no tienen, llenando de miedo a los padres respecto de lo que les puede pasar a sus hijos tras recibir las vacunas, cuando en realidad lo que todos deberíamos hacer es dar gracias por la salud de la que gozamos a raíz de ellas. 

Como madre de una niña con autismo y como profesional de la salud me siento en la obligación de exponer la verdad y explicarles qué hay detrás de las acusaciones y la información falsa que circula acerca de las vacunas. 

El fraude de Wakefield

En febrero de 1998 Andrew Wakefield, un gastroenterólogo inglés, publica en la prestigiosa revista científica The Lancet un estudio que relaciona la aplicación de la vacuna triple viral (que protege contra sarampión, paperas y rubéola, llamada MMR por su sigla en inglés) con el autismo. Como era de esperar, se generó pánico en la población y muchos padres dejaron de aplicar las vacunas a sus hijos. No solo la implicada en este estudio, sino todas las demás vacunas que seguían, porque si una vacuna es puesta en tela de juicio, las demás también son metidas en el mismo saco. Esto llevó a que la tasa de vacunación en el Reino Unido bajara de 92% en 1997 a 83% en 2002. Esta disminución que podría facilitar la reaparición de brotes epidémicos de sarampión o de paperas, así como aumentar la incidencia de rubéola congénita. Estos riesgos que se amplían a todas aquellas poblaciones en las que la protección es inferior a la necesaria para mantener la inmunidad colectiva.

Tras su publicación, otros investigadores fueron incapaces de replicar sus resultados o confirmar su hipótesis de alguna relación entre la vacuna MMR y el autismo. En 2004 el reportero Brian Deer encontró información relacionada con un grave conflicto de interés que presentaba Wakefield. La prestigiosa revista médica BMJ, British Medical Journal, publicó una serie de informes sobre las indagaciones hechas al estudio y las irregularidades que lo rodearon; su editora Fiona Godlee indicó que, de los 12 niños que participaron en el estudio, 5 mostraban trastornos del desarrollo antes de recibir la vacuna y tres nunca tuvieron autismo. Según las investigaciones, Wakefield recibió dinero de abogados que estaban tratando de armar una demanda contra los fabricantes de la vacuna; esto se considera un serio conflicto de interés que Wakefield nunca compartió con sus colegas ni con la revista The Lancet, que realizó la publicación del artículo. 

En 2004, tras conocerse este financiamiento irregular, 10 de los 12 colegas que participaron en el estudio se retractaron de los resultados publicados. En febrero de 2004 la revista The Lancet se retractó de la publicación del estudio, retirándolo de sus archivos.

El General Medical Council (GMC), una organización dedicada a proteger, promover y mantener la salud y seguridad de los pacientes y mejorar la educación y práctica médica en el Reino Unido, indicó en 2004 que Wakefield mostró una cruel indiferencia hacia el sufrimiento de los niños, se les realizaron procedimientos invasivos (colonoscopías y punciones lumbares) sin la aprobación de un comité de ética. El año 2010 el GMC le quitó la licencia médica a Wakefield, dejándolo sin permiso para ejercer la profesión en el Reino Unido. 

Más allá del daño ocasionado por el fraude del Sr. Wakefield respecto de las vacunas, también hay que considerar el dinero, energía y recursos humanos que se han utilizado en demostrar que su estudio fue falso y no existe relación entre las vacunas y el autismo. Dinero que podrían haberse usado en estudiar las reales causas del autismo y en ayudar a los niños y familias que convivimos día a día con esta condición.

Timerosal

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By Vaccinationist – PubChem

El timerosal es un compuesto orgánico con mercurio con conocidas propiedades antisépticas y antifúngicas. Fue patentado en 1927 y comercializado por el laboratorio Eli Lilly como Merthiolate, un antiséptico de uso tópico y además estaba incluido como ingrediente en cremas, geles, ungüentos, gotas para los ojos, spray nasales y vacunas.

Se ha estudiado que el efecto neurotóxico del mercurio es sólo con mercurio inorgánico (o sea, ese mismo que tienen los termómetros). Cuando se encuentra en un entorno orgánico, como en el timerosal, no se ha encontrado incidencia alguna en daño neurológico.

En 1928 murieron 12 niños al recibir una vacuna contra la difteria que estaba contaminada con Staphylococcus. Dado este incidente, se consideró el uso de preservantes en las vacunas. A diferencia de otros preservantes, el timerosal no afecta la potencia de la vacuna, por lo que comenzó a usarse en vacunas multidosis (donde un frasco de solución se usa para inocular a varias personas) ya que estas son susceptibles de infección por bacterias. Las vacunas multidosis se usan porque son más económicas que las unidosis. Las vacunas unidosis no requieren timerosal, y las vacunas triple viral (MMR), varicela, polio y pneumococo jamás han contenido timerosal. 

El consenso científico es que no existe evidencia de calidad que apoye las acusaciones que relacionan el uso de timerosal en las vacunas y el autismo. Además se ha visto que las tasas de autismo aumentan a pesar de la eliminación del timerosal de las vacunas; esto es lo contrario que se esperaría si el timerosal fuese la causa del autismo. La Organización Mundial de la Salud, FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) y la CDC (Centro de Control de Enfermedades) rechazan cualquier relación entre el timerosal y el autismo u otros trastornos del neurodesarrollo.

Inmunidad de rebaño

Cuando una proporción importante de la comunidad está inmunizada contra una enfermedad contagiosa, la mayoría de los miembros de esa comunidad están protegidos contra dicha enfermedad porque hay poca oportunidad para que surja un brote. Esto se conoce como inmunidad de rebaño. 

Para lograr la inmunidad de rebaño a través de la vacunación, quienes las fabrican buscan producir vacunas con bajos índices de falla y los gobiernos buscan fomentar su uso. Tras la introducción y el uso generalizado de una vacuna, se ve un marcado descenso en la incidencia de la enfermedad contra la que protege y una disminución en el número de hospitalizaciones y muertes debidas a dicha enfermedad.

Las personas que no pueden ser vacunadas dependen de la inmunidad de rebaño para evitar el contagio de enfermedades. Estas personas incluyen recién nacidos (que no han recibido o han recibido solo parcialmente la inmunización), personas que están demasiado enfermas para recibir vacunas, pacientes inmunodeprimidos por enfermedades, quienes reciben terapias con inmunosupresores y quienes tienen alergias conocidas a algún componente de una o más vacunas. 

Brotes recientes

Brotes recientes de enfermedades prevenibles con vacunas en EEUU y otros países han llevado a médicos, funcionarios de la salud pública, los medios de comunicación y al publico en general a poner más atención a este creciente fenómeno de rechazo a las vacunas. El año 2014 hubo 23 brotes de sarampión en EEUU, incluyendo el de Disneyland en Anaheim, California, donde hubo un total de 668 casos reportados. En el brote específico de Disneylandia 111 casos fueron reportados en 7 estados además de Canadá y México y cerca de la mitad de los contagiados eran personas que no estaban vacunadas, aunque no tenían impedimento alguno para ser vacunados. 

El año 2010 hubo una epidemia de Pertussis (tos convulsiva o Coqueluche) en California con 9154 casos reportados y en 2014 hubo una segunda epidemia, también en California, con 9935 casos.

En Chile hubo brotes de tos convulsiva en 2012 y 2017. 

En la página http://www.vaccineswork.org/vaccine-preventable-disease-outbreaks/ se encuentra un mapa de todos los brotes de enfermedades prevenibles que se han dado en los últimos años. 

Este es un artículo reciente de Etilmercurio que les recomiendo leer. https://www.etilmercurio.com/em/sarampion/ 

Enfermedades que se previenen con vacunas

vacunas - sarampión

Photo by CDC/NIP/Barbara Rice 

Sarampión 

Es una enfermedad altamente contagiosa cuyos síntomas iniciales incluyen fiebre alta (hasta 40ºC), tos, secreción nasal y ojos inflamados. Dos o tres días más tarde aparecen manchas blancas en la mucosa oral, luego una erupción roja plana que empieza en la cara y se extiende por todo el cuerpo. Los síntomas aparecen 10-12 días después de la exposición al virus y duran 7-10 días. Un 30% de los casos presenta complicaciones y pueden incluir diarrea, ceguera, inflamación cerebral y pneumonia entre otras. No existe tratamiento específico para el sarampión.

Paperas

Es una enfermedad viral altamente contagiosa cuyos síntomas iniciales incluyen fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza y cansancio. Esto es seguido de la dolorosa inflamación de una o ambas glándulas parótidas. Estos síntomas aparecen tras poco más de dos semanas desde la exposición y se resuelven al cabo de 7-10 días. Los síntomas en adultos suelen ser más graves que en niños. Las complicaciones incluyen meningitis, pancreatitis, sordera permanente e inflamación ovárica o testicular que puede resultar en infertilidad. 

Rubeola

Es una enfermedad leve, una erupción aparece cerca de dos semanas después de la exposición y dura 3 días. Generalmente empieza en la cara y se expande al resto del cuerpo. Es común que se inflamen los nódulos linfáticos, lo que puede durar un par de semanas. En adultos es común sentir dolor en las articulaciones. Sus complicaciones incluyen sangramiento, inflamación testicular e inflamación de los nervios. La infección durante el primer trimestre del embarazo puede terminar en aborto espontáneo o en el nacimiento del niño con síndrome congénito de rubeola, cuyos síntomas incluyen problemas en los ojos (cataratas), oídos (sordera), corazón (estenosis de la arteria pulmonar), cerebro (microcefalia, discapacidad intelectual) e hígado (hepatomegalia). 

Tos convulsiva

Es una infección bacterial altamente contagiosa cuyos síntomas son similares a los del resfrío común, incluyendo tos leve, secreción nasal y fiebre. Esto es seguido de semanas de episodios de tos severa, una persona puede toser tan fuerte como para vomitar o fracturar costillas. Los niños de menos de un año pueden no presentar tos, pero tener episodios de apnea que suele requerir hospitalización. Los síntomas aparecen una semana después de la exposición y pueden llegar a durar 10 semanas. El tratamiento de elección son los antibióticos, pero estos suelen no tener efecto sobre la tos, que permanece de igual manera por varias semanas.

Difteria

Infección bacteriana cuyos síntomas empiezan entre los 2 y 5 días después de la exposición, estos síntomas aparecen gradualmente, empezando con dolor de garganta y fiebre (38ºC), seguidos de escalofríos, fatiga, dificultad para tragar, dolor al tragar, Los nódulos linfáticos de la zona del cuello se pueden inflamar. En dos o tres días la difteria puede destruir tejido sano del sistema respiratorio; el tejido muerto forma una gruesa capa gris en la nariz o garganta, lo que produce dificultad para respirar y tragar.  Las complicaciones incluyen miocarditis (inflamación del músculo cardíaco, que puede resultar en ritmo cardíaco irregular), inflamación de los nervios (que puede terminar en parálisis), problemas renales y trastornos de la coagulación debidos a una baja en el conteo de plaquetas.

Espasmos musculares en un paciente con tétanos – Pintura de Sir Charles Bell, 1809

vacunas - tétanos

Tétanos

Infección bacteriana no transmisible, la bacteria ingresa al cuerpo a través de una herida o corte en la piel producido por un objeto contaminado. La bacteria produce toxinas que interfieren con la contracción muscular produciendo espasmos musculares. Estos espasmos comienzan en la mandíbula y se extienden al resto del cuerpo. Algunas veces los espasmos pueden ser tan fuertes como para producir fractura de huesos. Otros síntomas incluyen fiebre, sudor, dolor de cabeza, dificultad para tragar, hipertensión y taquicardia. Los síntomas se presentan entre 3 y 21 días después de la exposición y pueden durar varias semanas.  Puede llevar meses lograr una completa recuperación. El 10% de los pacientes infectados muere. 

vacunas varicela

Varicela

Enfermedad viral altamente contagiosa caracterizada por una erupción cutánea con pápulas pequeñas que producen picazón y eventualmente producirán costras; comienza en la cabeza, pecho y espalda y luego se extiende a las extremidades. Otros síntomas incluyen fiebre, cansancio y dolor de cabeza, los síntomas  se presentan 10-21 días después de la exposición al virus y duran 5-7 días. Algunas complicaciones frecuentes incluyen pneumonia, inflamación cerebral e infecciones bacterianas en la piel. La enfermedad es más severa en adultos que en niños.

Pneumococo

Es producido por la infección con la bacteria Streptococcus pneumoniae y es responsable de 15-50% de los casos de pneumonia, 30-50% de los casos de otitis media y de la meningitis bacteriana. La OMS calcula que el año 2005 las infecciones por pneumococo mataron a 1.6 millones de personas en el mundo, de los cuales 1 millón eran menores de 5 años. La mayoría de los decesos ocurrieron en países en vías de desarrollo.

Como verán, ninguna de las enfermedades anteriormente descritas es leve, ni carente de complicaciones, ni de fácil tratamiento, muchas veces requiere de hospitalización y riguroso control para evitar el contagio de personas especialmente sensibles como recién nacidos, personas con su inmunidad comprometida, pacientes con cáncer o personas trasplantadas. También se pueden generar secuelas graves, por lo que resulta difícil entender por qué alguien querría exponerse o exponer a sus hijos a contraerlas, siendo que se pueden prevenir con vacunas. Dado que no existe evidencia científica que justifique el miedo a las vacunas no logro comprender por qué muchas personas preferirían que sus hijos contraigan alguna de estas horribles enfermedades antes de protegerlos de manera tan sencilla y segura. 

Referencias

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